martes, 14 de mayo de 2013

Movimiento en los banquillos intenacionales.

Carlo Ancelotti le dirá entre hoy y mañana al PSG que se va

 Ayer, durante el desfile por París, no abrió la boca salvo para dedicar el título a Nick Broad, uno de sus asistentes que falleció en enero en un accidente.
 
Pero su decisión de dejar el PSG es firme. Aunque mantiene una relación correcta con Al-Khelaifi y Leonardo (director deportivo y exjugador suyo), no perdona al primero el amago de despedirle el pasado 1 de diciembre por perder en Niza (2-1). Era la tercera derrota consecutiva tras las sufridas ante el Saint-Etienne (la eliminación del PSG en Copa) y el Rennes. El equipo había descendido a la cuarta plaza, a cinco puntos del Lyon. Los nervios se desataron y la destitución estaba casi sellada. Leonardo dirigiría el equipo hasta el final de temporada.

Pero el destino quiso que el PSG tuviera un partido decisivo en Champions contra el Oporto sólo tres días después y eso postergó la caída de la guillotina, aunque Ancelotti fue informado de que tenía un ultimátum. Y el PSG reaccionó. Tumbó a los dragoes (2-1) y se aseguró pasar a octavos como primero de grupo. Los pesos pesados del vestuario, muy unidos a Ancelotti, pidieron su continuidad. Y Al-Khelaifi y el jeque Al-Thani, al calor del triunfo europeo, lo aplaudieron.

Un cambio tan radical que hizo desconfiar al italiano y ver a los catarís como unos directivos demasiado volátiles... Cree que no entienden los tiempos que rigen el fútbol y cómo gestionarlos. Las imágenes de los dos, Al-Khelaifi y Ancelotti, saltando juntos en el Stade Gerland mientras celebraban la Liga no cambian el panorama. Es más, el de Reggiolo se siente reforzado: puede marcharse dejando a su sucesor un proyecto ganador.

La intención de Ancelotti es hablar de su salida después de que el equipo reciba este sábado el homenaje de la afición del PSG en el último partido liguero en el Parque de los Príncipes.

Su destino posiblemente sea el Real Madrid.

El City destituye a Mancini y ya espera la llegada de Pellegrini

 

Roberto Mancini tenía las horas contadas y anoche, tras constantes reuniones en un hotel céntrico de Londres desde la derrota en la copa, el Manchester City decidió desprenderse del preparador italiano. "Ha sido una difícil decisión del propietario, el presidente y la junta directiva del club y forma parte de un proceso de análisis del final de la temporada", señala el club en su web. Lo que el comunicado no puede explicar con detalle son las deficiencias de un entrenador que había perdido el respeto del vestuario y que no supo sacar provecho de la que es quizá la mejor plantilla de Europa. Sufrió hasta el último segundo para ganar la liga el año pasado ante un Manchester United en reciclaje, no ha pasado de la fase de grupos en la liga de campeones y este año se despide sin títulos (a excepción de la Community Shield).

 
Mancini llevaba tres años y medio a cargo del equipo (reemplazó a Mark Hughes en diciembre del 2009, ganó la copa en el 2011 y la liga hace un año, el primer título liguero del club en 44 años) pero no ha conseguido “ninguno de los objetivos de esta temporada, con la excepción de la clasificación para la liga de campeones”; como se lee en la nota del club. Su asistente Brian Kidd se hará cargo del grupo para lo que queda de curso, dos partidos y la gira por los Estados Unidos. El club ha decidido que el hombre ideal para sustituirle es Manuel Pellegrini, del que se cree que es capaz de maximizar el potencial de la plantilla. El City se reunió la semana pasada con un afiliado de Rafa Benítez, pero, según el Sunday Times, una llamada de un directivo del Barcelona al representante de Pellegrini aceleró el acuerdo con el chileno.

 




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